Apuntes biográficos
Mario Vargas Llosa es a sus setenta y cuatro años el último escritor que ha recibido el premio Nóbel a su carrera literaria, además de tener ya en su haber dos premios de trascendencia decisiva en lengua española: el Cervantes y el Príncipe de Asturias. También es miembro de la Real Academia de la Lengua (sillón L).
Nació en Perú, en 1936, y tiene nacionalidad española desde 1993. Al revisar su biografía, nos encontramos con las tres líneas que han marcado el guión de su vida hasta hoy: las circunstancias familiares y sociales; su fascinación por la literatura y los viajes; y su relación de amor/odio con la política, los políticos y los militares.
Mario Vargas Llosa fue hijo único, de padres separados, por lo que no conoció a su progenitor hasta cumplidos los diez años. Este reencuentro afectó a Mario de manera decisiva: no quería cambiar los mimos de su madre por la férrea disciplina de su padre, que, además, no veía con buenos ojos el gusto del niño por la poesía. Por ello, el Vargas Llosa adolescente tendría que leer versos a escondidas.
A los catorce años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, un internado donde cursó el 3º y el 4º año de educación secundaria, entre 1950 y 1951. Allí soportó una férrea disciplina militar, y, según su testimonio, fue la época en la que leyó y escribió “como no lo había hecho nunca antes, consolidando así su precoz vocación de escritor. Sus lecturas predilectas fueron las novelas de los escritores franceses Alejandro Dumas y Víctor Hugo. Esos recuerdos le sirvieron de punto de partida para su famosa primera novela La Ciudad y los Perros.
Vargas Llosa escritor
Las primeras experiencias con la escritura llegaron a través de su trabajo como columnista en varios periódicos locales de Lima y de Piura, apenas hubo terminado el colegio.
Su obra, entroncada en el realismo, ha supuesto un tratamiento renovador del mismo a través de estructuras narrativas y formas expresivas nuevas a partir de los relatos, como Los Jefes, de 1959 y de su primera novela. Muchos de los episodios de su vida tienen relación directa o indirecta con el argumento de sus novelas.
Su obra, entroncada en el realismo, ha supuesto un tratamiento renovador del mismo a través de estructuras narrativas y formas expresivas nuevas a partir de los relatos, como Los Jefes, de 1959 y de su primera novela. Muchos de los episodios de su vida tienen relación directa o indirecta con el argumento de sus novelas.
Su obra, entroncada en el realismo, ha supuesto un tratamiento renovador del mismo a través de estructuras narrativas y formas expresivas nuevas a partir de los relatos, como Los Jefes, de 1959 y de su primera novela. Muchos de los episodios de su vida tienen relación directa o indirecta con el argumento de sus novelas.
En 1959 se le concede el premio Leopoldo Alas Clarín por su relato Los Jefes. Y con una beca para hacer el doctorado en la Universidad Complutense, Vargas Llosa se traslada entonces a Madrid, con 23 años. En un bar de la calle Menéndez y Pelayo de Madrid cercana a su pensión, el entonces estudiante peruano pasó las tardes escribiendo La ciudad y los perros, la novela que se convirtió en un hito del boom latinoamericano y que constituye una feroz crítica a un sector de la sociedad moralmente condenado y a los métodos de enseñanza del colegio militar de Lima “Leoncio Prado”, en cuyo patio de armas fueron quemados cientos de ejemplares.
En 1960 se traslada a París y empieza a escribir de forma prolífica, publicando cinco años más tarde su segunda novela, La casa verde, acerca de una casa-burdel del mismo nombre. La trama se centra en Bonifacia, una chica que tras ser expulsada de un convento, se transforma en «la selvática», la prostituta más conocida de “La casa verde”.La carrera literaria ya era irrefrenable y los títulos y los éxitos se fueron sucediendo: Los Cachorros, Conversación en la catedral, Pantaleón y las Visitadoras, La tía Julia y el escribidor, La guerra del fin del mundo, la Fiesta del Chivo, Las travesuras de la Niña Mala… Sin olvidar su autobiografía: El pez en el agua, de 1993, y El sueño del celta, su última novela, recientemente publicada, que trata sobre la vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga, que se dedicó a denunciar las atrocidades del régimen de Leopoldo II en el país africano.
El “Boom” hispanoamericano, rasgos de la narrativa de Vargas Llosa
La década 1960-1970 es la época del llamado “Boom” hispanoamericano, cuya ubicación dentro de unos límites temporales, formales y personales definibles ha sido emprendida por muchos críticos. Existe el consenso de que la publicación en 1962 de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa marca el momento de cambio decisivo en la recepción mundial de las letras latinoamericanas. De aquí en adelante, la editorial barcelonesa Seix-Barral (que galardonó a La ciudad y los perros con su prestigioso Premio Biblioteca Breve) iba a convertirse en una de las fuerzas más poderosas en la promoción de los nuevos narradores en el mercado librero mundial. El Premio Nobel de literatura otorgado a Miguel Ángel Asturias en 1967 representa el apogeo del boom, a la vez que simboliza el enlace entre la literatura, la política y el mercado.
El boom aparece vinculado en un primer momento a la causa revolucionaria cubana, si bien con el recrudecimiento de la línea represiva de Castro en los años sesenta (y a partir de 1968 en particular) numerosos escritores (Cabrera Infante, Vargas Llosa, Fuentes) expresaron su desilusión con el régimen, originando una profunda división en el seno de la comunidad le los intelectuales latinoamericanos.
La nueva narrativa hispanoamérica se caracteriza por una serie de innovaciones cuyos destellos llegan hasta nuestros días:
· Ampliación temática y preferencia por la novela urbana (La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral).
· Incorporación de discursos de consumo masivo: música popular, cine, radio…
· Experimentación con la estructura del relato, que hace que este parezca un montaje cinematográfico:
- Cambios de puntos de vista y combinación de personas narrativas.
- Rompecabezas temporal: Discontinuidad cronológica, se superponen el tiempo pasado, el de los acontecimientos y el de los personajes.
· Cambios en cuanto al lenguaje:
- Omnipresencia de monólogo interior y estilo indirecto libre.
- Superposición de estilos y registros: desde lo más popular a lo más culto,
- Distorsiones sintácticas y léxicas
· Se involucra al lector en el proceso de creación , recreación y/ o desciframiento del texto concebido como juego, laberinto, rompecabezas.
En la década de 1980, Vargas Llosa se volvió políticamente activo. Fue candidato electoral por el centro derecha con un programa orientado a luchar contra los males endémicos de Perú como la violencia terrorista y la mala situación económica. Aunque los primeros sondeos le situaban como favorito, finalmente perdió las elecciones frente al candidato Alberto Fujimori, en 1990.
Tras la derrota electoral, Vargas Llosa regresa a Madrid. El gobierno de Alberto Fujimori lo amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, así que para evitar convertirse en un apátrida y, a petición del escritor, el Gobierno español le concede la nacionalidad española en 1993, conservando también la peruana.
Vargas Llosa criticó los modelos políticos de Cuba y México. En México , en 1990, calificó como la dictadura perfecta al sistema político mexicano, con el neoliberal Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en aquellos días presidente, en el contexto de más de seis décadas de presencia del partido PRI en el gobierno.
Igualmente, ha sido crítico con el entroncamiento del gobierno de Fidel Castro, a pesar de que en un principio defendiera los valores de la revolución cubana.
En años recientes ha evolucionado políticamente a posturas ideológicas más liberales y mantiene vínculos con importantes ex dirigentes de la derecha de varios países como José María Aznar (ex jefe del Gobierno español) y Francisco Flores (ex presidente de
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