Llevo veintitrés años dedicada a la enseñanza, de modo que no me acuerdo
cómo fue mi primer día dando clase. Lo que sí recuerdo de mi primer día de
instituto es que una profesora de Filosofía me dijo que no podía estar en el
pasillo y me mandó entrar en el aula, pues se creyó que era una alumna de
COU (lo equivalente a 2º de Bachillerato). Del primer curso recuerdo un
grupo de 2º de BUP (lo equivalente a 4º de ESO) en el que había tres o
cuatro alumnos, bastante macarras, que me hacían la vida imposible en clase.
Yo acudía al Jefe de estudios para que me ayudara a poner orden, pero este
señor no se parecía en nada a nuestro querido Camacho: era muy alto,
corpulento, con barba y con una voz muy fuerte. Puedo asegurar que, en las
charlas que les echaba, me asustaba yo más que ellos. Por el contrario,
estaba encantada con un grupo de 1º de BUP del que era tutora y recuerdo a
un alumno pelirrojo y pecoso, Oscar Cubo, que bromeaba mucho conmigo, era muy simpático. No me acordaba de su nombre, pero me ha bastado un vistazo a los estadillos de notas de ese grupo. Y es que conservo los de junio y
septiembre de todos los grupos a los que he dado clase, desde 1989 hasta
ahora.
cómo fue mi primer día dando clase. Lo que sí recuerdo de mi primer día de
instituto es que una profesora de Filosofía me dijo que no podía estar en el
pasillo y me mandó entrar en el aula, pues se creyó que era una alumna de
COU (lo equivalente a 2º de Bachillerato). Del primer curso recuerdo un
grupo de 2º de BUP (lo equivalente a 4º de ESO) en el que había tres o
cuatro alumnos, bastante macarras, que me hacían la vida imposible en clase.
Yo acudía al Jefe de estudios para que me ayudara a poner orden, pero este
señor no se parecía en nada a nuestro querido Camacho: era muy alto,
corpulento, con barba y con una voz muy fuerte. Puedo asegurar que, en las
charlas que les echaba, me asustaba yo más que ellos. Por el contrario,
estaba encantada con un grupo de 1º de BUP del que era tutora y recuerdo a
un alumno pelirrojo y pecoso, Oscar Cubo, que bromeaba mucho conmigo, era muy simpático. No me acordaba de su nombre, pero me ha bastado un vistazo a los estadillos de notas de ese grupo. Y es que conservo los de junio y
septiembre de todos los grupos a los que he dado clase, desde 1989 hasta
ahora.
Susana Castro, profesora de Matemáticas
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